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sábado, 30 de junio de 2012

El pelo y yo

De Agustín Spina
Córdoba, Argentina




Qué días éstos… qué raro y qué bueno a la vez, qué mundo loco pero me gusta pertenecer a él…Cuántos inciertos e intrigas, qué ansiedad y calma, cuánta paciencia y hartazgo, cuántas alegrías y llantos, penas y sonrisas, angustias, nostalgias, melancolías, anhelos, gente buena y distraída. Cuántas manos gastadas, cansadas y luchadoras, madres embarazadas de padres mujeriegos, hombres solos, bohemios y sociables, extrovertidos y encerrados en sus sábanas, flores nuevas y marchitas, cortezas acariciadas por manos nuevas y por viejas costumbres, tierra negra, amarilla, pedregosa y rojiza, cielos negros de día y claros de noche… Nacimientos y mudanzas…

Cuánto para escribir, para reflexionar en este domingo de viento y cielo que no se define. Una canción que acompañe, un pucho, un mate, soledad; todo para mí, todo para escribir…Caigo en el papel.  ¿Por qué será que me llama esta vieja lapicera de ferias descartables y este papel que lo toco y le gusto? Me gusta… o ¿será que también tengo un buen motivo?... ambas, juntas, me atraen, me llevan a ese lugar que sólo es mío y será tuyo.

Anoche sentado en el sillón te abrazaba y pensaba … tocaba tu pelo y… ¡el pelo! pobre flaco… qué suerte que tiene que lo acarician mucho, está ahí: nace y tiene una finalidad, crecer y hacerse fuerte, largo y vistoso, luchará con agentes externos, deberá evolucionar o se quedará deprimido ya que no pudo evitarlo, quizás no quería esa tintura, no quería un cepillo que lo tironee, no quería esas manos ásperas que lo estiran, y cuando se siente fuerte le cortan un pedazo, y a empezar de nuevo…Entiende que ahora será mejor, pleno, y lo mirarán más y le dirán cosas, se sentirá querido…él cree en su historia y a dónde quiere llegar, solo deberá confiar… llegó…

O se mirará brillante reflejado en alguna canilla, de un blanco lavatorio, solo, ya no lo acompañarán, se mirará más orgulloso, mas altivo, no le importaran las miradas de repulsión… ¿Se sentirá contento con su caída?

Elijo verme en tu cabellera, quiero ese pelo que debe bancarse varios agentes, varios cepillos, varias tinturas, varios golpes duros. Soy elegido y único, tus caricias me sanan, ¿cuánto durará?...una intriga… pero es la vida, es mi mundo, es mi esencia, mi autenticidad, mi vulnerabilidad y luego que Dios decida en su tablero de dieciséis fichas por qué movió ese peón, si ya podía matar la reina.






2 comentarios:

Pr. Silvina Grimaldi Bonin - Mat. Habilitante Nº 36512- 2016 dijo...

Cortázar escribió:

quiero decir que para verme tenía que mirarte...

en este caso, sería,

que para verme, tenía que tocarte.


Un abrazo, Agustín.


SIL

Anónimo dijo...

Gracias Sil, así es!! un abrazo. Agus