De Ronald
Ella y yo aprendíamos lo mismo
Un día en el que el sol brillaba deslumbrante yo acerté a llegar y ella salía.
Resplandecía y yo me quedaba cada vez más cenizo al acercarse, iba más dorada que nunca.
Asumí que mi derrotero ni en millones de centurias me pondría cerca de ella, entonces, y con absoluta resignación, me desvié describiendo una insegura elipse. Ni me miró.
Ese día el sol alumbraba de una forma prodigiosa, no hubo otro más luminoso que aquél. ¿Cómo, y por qué, se me ocurrió el sol menos lejano?
A la mañana siguiente leí los periódicos y seguí haciéndolo todos los días que siguieron. No encontré noticia de alguna actividad solar extraordinaria, ningún suceso notable fue reportado
1 comentario:
Me encanta esta imagen: " yo me quedaba cada vez más cenizo al acercarse, iba más dorada que nunca." Muy bueno Ronald. Te felicito.
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